8.6.10

La tecnología, ¿culpable o bendita?

En la época en la vivimos nos comunicamos, ya no sólo de maneras diferentes a las de antes, si no que comunicamos mucho más, a mucha más gente y por razones diferentes. Comunicamos, comentamos, creamos y compartimos con y para personas cercanas a nosotros pero también con muchas otras personas que ni siquiera conocemos.

La tecnología ha sido la “culpable” o la “bendita” (según quién lo mire), de que esto sea así. Estamos conectados de manera permanente y con más personas gracias a que tenemos infinitos métodos, sistemas y soportes para hacerlo. Además, la mayoría de ellos son gratuitos y accesibles a casi todos (lamentablemente no a todos).


Como todo en la vida, esto tiene su lado bueno y su lado malo. Es cierto que se está perdiendo mucho trato face to face, que se está perdiendo el romanticismo de recibir una carta, que antes parecía todo más auténtico, las relaciones personales no se rompían por mensajes en el móvil, cuando había que esperar a los estrenos con impaciencia...Todo era más inalcanzable e inaccesible y por tanto tenía más valor cuando llegaba.

El otro lado de la moneda es un mundo conectado, que opina y no se calla, que tiene poder y libertad de expresión, que puede hablar con personas a kilómetros de distancia con un solo clic, mucho más democratizado, un mundo en el que, a pesar de las injusticias que existen, podemos hacer algo y aportar de muchas maneras distintas nuestra opinión y ayuda.

¿Qué tiene más valor? Es difícil elegir, pero yo soy de la era digital...